Los cielos azules de mi infancia,
tienen la solidez de la inocencia
que no los difumina ni deforma
y los puedo pintar de memoria.
Irrumpiste azul en mi poesía
desde tu Primavera colorista
dando pinceladas delicadas
al gris otoñal de mi ciudad.
Volvimos a tener recuerdos
entre nosotros guardados
con llaves de la memoria
que hacen saltar resortes.
Nos lleva y trae incansable
la brisa marina en volandas
a ras de las azuladas olas
que van y vienen gozosas
desde tierras de Ultramar.